Mi título

Jorge Asteguieta

LLUVIA PROGRAMADA

 AUTOR: JORGE ASTEGUIETA REGUERO

Este fue el primer relato que escribí, lo hice durante los meses de septiembre y octubre de 2008 y acabó presentandose al primer certamen de relatos "Ovelles eléctriques" en dónde por supuesto no lo seleccionaron.
Dos años después veo que estaba bastante mal escrito, sobreadjetivado y con un orden de plabras en sus frases caótico. Pero le tengo cariño por primerizo y origen de esta magnífica afición, quizás algún día lo reescriba...


LLUVIA PROGRAMADA


El Bosque tras  la programada lluvia recibida, ya no   fragancia como lo hiciera antaño. La singular perfección y policromía de sus acuarelados verdes sin fin, y  hasta incluso su  preciosista y escandaloso silencio, han sido indignamente permutados por una infinidad de datos, rutinas, secuencias  y bits de programación…

 

Shangai, Capital Mundial. Escaleras de acceso a la sede central del gobierno único.

 

Llueve, llueve a antinaturales cántaros. Asesinas gotas de tamaño balístico, impactan contra un forzosamente voluntario asfalto. En un negro día como éste me hubiese quedado alegremente en casa, trabajando  frente a mi terminal, ¡odio la lluvia!, aunque esté sistematizada. Pertenezco a la fauna terrestre, no a la marina. Pero  como ya esperaba, me han requerido a audiencia con el consejo principal, y me figuro que una convocatoria  como ésta, conllevará ser tan indispensable, como irrechazable.

Bajo  el modernista umbral de entrada, alguien me espera… 

–Señor Dorado, soy Carlos Luz, el Jefe de Seguridad del consejo de Validos, ¡sígame! –ladra. 

¡Menudo tipo! Un pitbull de más de dos metros, acompañando un cuerpo armado de ultimísima generación y tecnología avanzada, por lo que se adivina.

–Voy detrás de ti Luz –dice, recitando  a tono pacífico, en un fútil y estéril intento de sosiego a la furia. 

Lógicamente, tenemos total acceso de entrada a todos los portales de seguridad del edificio en nuestro decidido camino hacia la sala del consejo. 

­–Pase señor Dorado, dentro le esperan… yo me tengo que quedar aquí.

Un puerco espumajear lo delata, definitivamente es portador de la rabia. 

Me aguarda un aislado y acobardado asiento en el centro. El consejo al pleno está al frente, situado tras una colosal y elevada mesa con forma de v  invertida. Me acomodo  dificultosamente y… 

­–Señor Jaime Dorado, al citarle personalmente, se figurará que el asunto a tratar, va a ser de vital trascendencia, por lo cual  exigimos su total colaboración y discreción al respecto. Tenemos un mas que gravísimo y molesto problema, que de no resolverse positivamente, va sin duda a provocar la mayor crisis hasta el momento conocida, de la civilizada humanidad. 

Ni Segundo ni Tercero ni cualquiera de los demás, nada menos que Valido Primero del consejo, dirigiéndose directamente a mí… ¡ja!

–Explíqueme ese contratiempo, Primero. –Luce Dorado, exhibiendo a juego, y en conjunto con la palabra, una expresión de falsa contrariedad.

 –Se trata del “Bosque”, ya no lo tenemos bajo nuestro control, ha desaparecido, ha sido…robado. –Comienza Primero, dejando resbalar un delator poso de abatimiento en su voz.

–Como ya sabe, el “Bosque” es la conciencia de nuestra actual humanidad, todos los datos que procesan nuestros anillos de identidad se encuentran compilados en la base de datos madre… en el “Bosque” –continua.

–Faltan solamente 78 horas para acabar el mes,  las experiencias adquiridas,   y los recuerdos vividos por cada persona durante este último ciclo-mes, tendrían que ser entonces actualizados en la base maestra del “Bosque”.  Para poder se volcados posteriormente estos datos al anillo correspondiente… si fuera necesario cambiar de cuerpo principal. –La  explicada y sufrida exposición, va creciendo y aumentando a cada nanosegundo, en una recelosa agonía.

Nuestros datos indican que únicamente  durante el siguiente mes, prácticamente cinco millones de cuerpos maestros entrarán en riesgo de colapso si no trascienden a otro cuerpo, se destruirá su anillo de identidad, ¡morirán personas! Sin haber sido planificadas para ese fin por los Validos aquí presentes… y eso, no ocurre desde hace 35 años.

Por supuesto, el inconsciente vulgo no conoce  la fatalidad que estoy anunciándole, aparte de usted, los Validos, y quien, o quienes hayan sustraído el “Bosque”. El resto de la humanidad aún ignora esta catástrofe.  Cualquier persona puede todavía trascender a su cuerpo secundario no-antropomorfo, para ejecutar sus trabajos sociales sin acarrearse ningún problema, porque siguen siendo guiados a través del anillo de identidad actualizado de su cuerpo principal.

Únicamente nosotros 10 en conjunto, teníamos acceso al interior del “Bosque”. Por seguridad y para garantía de la humanidad, nadie podía modificarle nada, se anulaba de esta manera el tráfico de anillos  y se abortaba la posibilidad de la doble identidad. Los Validos verificábamos cada petición de cambio de cuerpo, supervisábamos los volcados de cada ciclo, y gestionábamos todo el programa.

El muro de programas de seguridad para acceder ajenamente a la base de datos madre del “Bosque”, era de un probado infranqueable. No comprendemos cómo se lo han podido llevar fuera de su perímetro, cualquier ataque parecía tan inviable como imposible… ¡Si ni siquiera nadie podía conocer la ubicación temporal ni virtual del “Bosque”!

Señor Dorado, necesitamos su ayuda, tenemos que recuperar cuanto antes el “Bosque”. –Sentenció, liberando como colofón, un vetusto y halitoso suspiro, aderezado de rezuma cadavérica. 

Ellos 10 y yo sólo, jajaja.

–si alguien puede encontrar y recuperar el “Bosque”, ése soy yo –añade en tono convincente.

 –Señor Dorado, conocemos que es usted el mejor detective  que existe,  aparte de doctor-programador  en chips de identidad, y experto transhumanista en bioantropología y diseño antropofísico de cuerpos maestros.

 –El mejor, y es por eso, que trabajo siempre solo –advierte categórico.

–Necesitaré tener en mi terminal un acceso abierto al programa maestro del “Bosque” como el que tienen ustedes incluso en conjunto, una prioridad que me deje llegar hasta el código fuente y su encriptación, ¡un control total del “Bosque”! 

–Es una locura, desde que nació el “Bosque”, nadie ha modificado la secuencia del sistema de arranque, ni ha tenido un mando  tal… aparte de la conjunta unión de los Validos. Pero…tendrá ese supremo y todopoderoso control –acató, con un resignado miedo latente. 

–Encuentre el bosque señor Dorado, es la última esperanza que nos queda a todos –dijo, finalizando como un descorazonado reo, sentenciado a la peor de las perpetuidades.

 

Y después de obsequiar, a su  atemorizada audiencia con una desproporcionadamente grotesca y enmascarada sonrisa  cómplice…desapareció.

Esta amalgama de capullos misántropos, ha perdido del todo el dominio del “Bosque”, primero lo conquisté y ahora ya lo puedo gobernar a mi antojo.

 Las cosas tienen que cambiar, y mucho, y serán como yo las he diseñado.

¡Mañana el día lucirá soleado!...programado…por supuesto. 

Al fondo, y tras el aterrado consejo, una etérea sombra amorfa, se revuelve colérica en si misma. ¿Validos?... ¿Validos de quien, o mas bien… de qué?

 

 

 

¡Imaginad este bosque, observad!

 

Frondoso manto de software, cuál verde hierba regada por una teralluvia de gélida programación.

Kilobytes rojizos dispersados por doquier, igual que otoñales hojas.

Caudaloso fluir de información, como río de azules aguas cristalinas.

Millones de archivos, símiles de flores en iridiscente acuarela de colores.

Al fondo se vislumbran gigantescas atalayas rocosas de sistemas algorítmicos,  bañadas, y a la vez difuminadas, por un radiante y luminoso programa maestro, que abarca en un abrazo caleidoscópico al Todo.

Árboles de estructura nodal de variados marrones, alturas y diámetros.

Un árbol; Una conciencia; Una vida;

Una persona unida a su anillo de identidad, como raíces en red, en un vital proceso de estallida fotosíntesis.

Una aberrante simbiosis de matrimonio: naturaleza-hombre-máquina.

Pero, ¡tened cuidado!, no oséis aventuraros en este bosque. Una incesante y asesina lluvia programada arrecia despiadadamente. Aparte os puede atrapar un implacable y sanguinario virus al que llaman el lobo. Y además… dicen…que su oscuro interior… esta infectamente encantado. 

La absurdez a la vida, se la concede la propia muerte…y ésta ha sido burlescamente esquivada… ¿encontraremos al fin un absoluto por qué?

  Los paradigmas de lluvia y bosque han  sido vilmente corrompidos.


AUTOR: JORGE ASTEGUIETA REGUERO



Diciembre 2008




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